viernes, 10 de septiembre de 2010

Reiniciar

Ha pasado el verano, o mejor... ha paseado.

Este verano se ha paseado complaciéndose en su calor, en su sopor, en el sudor, en el olor...

El calor es algo consustancial a esta época y nunca me ha molestado, quien no quiera pasar calor que se haga un viajecito a Groenlandia, o que se instale en un kelvinator (¡no frost!... por supuesto).

El sopor me recuerda a tardes de Tour de Francia con Javier y Cristóbal. El sueño se apoderaba de nosotros... y lo sigue haciendo.

El sudor del tocino del jamón (¿quién ha dicho ¡qué asco!?) bien situado en el lugar que Dios creó expresamente para él, una tostada previamente esponjada con aceite de oliva.

Y el olor... de las sardinas del chiringuito, de la barbacoa de la terraza de abajo, del pescaito frito, del mar mientras se intenta dormir.

¡Qué vulgar me he vuelto! afortunadamente.

Pero el verano ya ha terminado su paseo. Ahora toca reiniciar, actualizarse y vuelta a reiniciar.

He de volver a la rutina diaria y procuraré que el verano que viene me sorprenda y, nuevamente, me coja desprevenido.