miércoles, 17 de noviembre de 2010

Memoria

Hace unos días me llegó, a través de una de esas redes sociales tan de moda ahora en Internet, un mensaje de un amigo. Se había unido al grupo de la promoción tal y tal del Colegio Claret de Sevilla. Allí fué donde nos conocimos. Concretamente en el grupo de Párvulos B.

Ésto me ha hecho empezar a recordar bastantes de los caminos por los que he paseado durante los últimos cuarenta años. Algunos llenos de charcos que a veces intentaba evitar o en los que me metía de lleno sin importarme la suciedad y otros llanos y limpios como autopistas.

He recordado amigos que se fueron quedando por los arcenes y otros que, simplemente cambiaron de carril o tomaron un desvío. A Jesús, Joaquín, Alfredo que me dejaron una huella tal, que se me hace casi imposible no susurrar feliz cumpleaños cada cinco de enero por el primero de ellos, que me dejó hace ya casi 22 años.

He recordado amistades de infancia que sin darme cuenta fueron desapareciendo supongo que porque se basaban en cosas de chiquillos (estábamos en la misma clase del colegio, jugábamos al hockey con el Padre Miguélez,...)

Y sobre todas ellas, me he emocionado recordando las que empezaron tan pronto y siguen ahí. Mis amigos Pepe Jaime, Pablo,... qué alegría poderlos conservar.

He caido en la cuenta de que a muchas de las amistades que no conservo me gustaría recuperarlas, se disiparon por culpa de esos desvíos que la vida te obliga o, simplemente, decides que son los que debes tomar.

He recordado cómo una de las mayores decepciones que de un amigo me llevé, al punto que, sin saberlo, me hizo abandonar uno de esos caminos, provocó una de las mayores satisfacciones que alguno de ellos me haya dado... y fue él mismo.

Sin ser yo muy consciente de mi desencanto y de los motivos que lo habían provocado, él me pidió disculpas por no haber sabido apoyarme cuando lo necesité. Eso hizo que me diera cuenta de que estaba decepcionado por su culpa y eso me había llevado a abandonar. Sin embargo esa misma conversación hizo que me sintiera orgulloso de él. Gracias Juan, aunque la vida nos ha llevado por caminos separados nunca olvidaré ese gesto que tuviste conmigo, sentados en el poyete del colegio Compañía de María.

Estos días, en los que he visto como su hermano pequeño nos muestra como afrontar los próximos treinta años, me he dado cuenta del valor de los treinta anteriores.

Pero vosotros no penseis que no os valoro... tendría que escribir cientos de párrafos para poder expresar lo que han significado, y significan, para mí, Miguel, José Luis, David, Víctor Arturo, Iván Alfonso, Isabel, Lola, Pili, Rosana, Antonio, Fátima, Rosa, Antonio, Nuria, Verónica, María José, Oscar, Eduardo, Álvaro, Inma, Vicky, etc., etc., etc... algún día lo haré.