lunes, 13 de abril de 2009

Lágrimas de hombre

Ocurrió hace unos días. Tengo la suerte de vivir en una ciudad en la que la Semana Santa se expresa de una manera muy especial. Es conocida en todo el mundo como "manifestación cultural" y es muy difícil explicar a alguien que no la haya vivido durante varios años el significado real de lo que sucede. Yo tengo la suerte de conocerla bastante bien y, sobre todo, de creer en el significado de esa manifestación de "cultura", arte, devoción y amor por el trabajo de todo un año.

Hay detalles que hacen que la Semana Santa sea, para mí, la más especial del año. El ver a mi hijo boquiabierto al contemplar un paso cualquiera, un olor, un sonido, una luz...

Como digo, ocurrió hace unos días. Estaba con un amigo viendo el discurrir de una cofradía por una plaza de nuestra ciudad cuando se produjo uno de esos momentos mágicos que uno no puede prever, ocurren de forma inesperada. Se acercaba el paso de palio de Nuestra Señora de la Caridad, de la Hermandad del Baratillo, y empezó a sonar la marcha "La Madrugá" de Abel Moreno Gómez. Tengo la suerte de haber conocido a D. Abel y haber oido de sus labios el por qué de esa marcha, lo que significa cada estrofa, en qué estaba pensando cuando la compuso. El paso se acercaba lentamente, las bambalinas no se movían, parecía que flotaba, y empezó a virar a escasos 30 cm de mí. Fueron 5, 6, 7 minutos, no sabría decirlo, de una intensa emoción al ver la belleza que se exponía ante mí, no lo sabría explicar con palabras.

Cuando todo acabó, me decía mi amigo más tarde, él sólo podía pensar en tragarse las lágrimas que intentaban escapar de sus ojos (...los hombres no lloran, los hombres no lloran...) y, al girarse, vió mis ojos enrojecidos por la emoción y alguna lágrima aparecía colgada de mis pestañas. "Yo soy tonto", pensó.

Querido amigo, los hombres sí lloran. Lloran de alegría, de emoción, de tristeza, ¿hay algo más humano que una lágrima?. No me averguenza decirlo, yo lloro cuando la ocasión lo merece, y ¡qué a gusto me quedo!. Mis lágrimas eran lágrimas de hombre.


Hubo otro momento esta Semana que también me hizo emocionarme, pero eso forma parte de una intimidad más íntima todavía.

Eso es lo grande, que mi ciudad al expresar su amor por Dios en las calles hace que sintamos emociones que nos hacen sentirnos vivos. Quizás no esté de moda creer en Dios y, menos, decirlo públicamente pero ¡qué le voy a hacer! YO SÍ CREO.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Oscuridad y Luz

No necesariamente en ese orden.

La oscuridad y la luz nos acompañan en cada una de las acciones que realizamos. Un acto brillante promovido por oscuros pensamientos. Una oscura existencia encerrado en pensamientos lúcidos.

A menudo nos topamos con personas que emanan oscuridad y no quieren ver la luz que los rodea. Las menos veces encontramos hadas de luz que nos envuelven en una cálida sensación de bienestar.

Las mayoría de los encuentros son con seres inertes, ni fú ni fá, ni chicha ni limoná, ni luz ni oscuridad, se dejan iluminar u oscurecer según quienes tengan al lado.

Por último abundan las luciérnagas, las ves claramente cuando están rodeadas de oscuridad, pero a la luz... no son nada.

Es triste pero cada vez resaltan más las hadas en este mundo de oscuridad. Triste porque la escasez de ellas es lo que las hace resaltar de entre el resto.

Sentimientos encontrados... tristeza por su escasez pero júbilo acrecentado cuando encontramos una.

Estas hadas pueden ser Vicente Ferrer (Dios quiera que se recupere) o la frutera de la esquina. Hadas que llenan de luz nuestras vidas y nos empujan hacia ella.

Sentimientos encontrados...

Yo he decidido. me puede más la alegría. Hoy mismo reía con una de ellas. El día era oscuro, pero no a su alrededor. Su luz lo embargaba todo.

La oscuridad es tentadora. Prefiero dejarme llevar por una luz que por mil deseos oscuros.

Hoy no me siento trasnochador, la noche no ha llegado, o tal vez sí... no sé. Aún me embriaga la luz.

viernes, 13 de marzo de 2009

Silencio

Se cuenta que uno vale más por lo que calla que por lo que dice. Pero hay silencios que te desvalijan.

Hay silencios que quieres gritar. Pero, ¡ay de mí!, la voz no sale o no debe salir.

Hay silencios que te conminan a una vida ruín, escondida. Las palabras no valen cuando de gritar sentimientos se trata.

Hay silencios que contarías a una ventana abierta, ¡déjalos salir!.

Hay veces que el que calla no otorga sino que se protege o se resigna.

Hay mil palabras escondidas detrás de nuestro silencio. Prudencia, confianza, cobardía...

Hay silencios que hacen daño como puñales. Hay palabras que son huecas como el silencio.

Debo callar y no puedo. Tan sólo guardo silencio.

Mis ojos hablan por mí.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Los Trasnochadores

Además de recordarnos a una fenomenal comparsa del recien finalizado Carnaval de Cádiz, cuna del arte y de la gracia andaluza y española, los trasnochadores son (somos) una raza extraña que habita en el lugar donde los demás duermen.

La noche nos envuelve, nos llama, nos recoge con su manto azul oscuro, casi negro, pleno de estrellas y nos invita a introducirnos en lo más profundo de nuestras mentes. allí encontramos nuestros miedos, nuestros deseos, nuestras preocupaciones y nuestras alegrías.

En la noche encontramos el consuelo del silencio. Un libro, nuestro ordenador, la radio o el simple pasar de las horas bastan para que nos embargue un sentimiento de paz que raramente podremos hallar durante el día.

Es en esta mitad del ciclo rotatorio de la esfera en la que nos hayamos en la que la tibia luz de la luna nos ayuda a conciliar el ayer con el mañana. Nos permite reconocernos en el día que ya acabó y situarnos en el que se avecina.

No permitais que la noche se pierda entre las sábanas de una fría cama. Aunque el mundo parezca detenido, nosotros estamos ahí.

Podeis vernos como tímidas luciérnagas en forma de ventanas desafiando la oscuridad de los edificios. Aquí estamos los estudiantes nerviosos por el examen de mañana, los ancianos a los que el horario no nos quita el sueño, las madres y padres que velamos el sueño de los hijos, los escritores, los enamorados, los poetas, los desengañados, los periodistas, los currantes, los desvelados,... los trasnochadores.

Cuando vosotros dormís, nosotros soñamos.

miércoles, 11 de febrero de 2009

El Trabajo es Salud

Eso cuenta el dicho popular.

Pero lo cierto es que las caras que uno se encuentra por las mañanas al salir de casa no dicen lo mismo. Gente hastiada de su rutina diaria, rostros con el cansancio reflejado en los ojos, con la desidia de marchar a una labor que, la mayoría de las veces, se torna en monótona, ingrata, desagradable...

Yo, lo confieso, me encuentro entre ese mar de gente dormitante, fuera de lugar.

Tengo la suerte de salir de casa acompañado por una persona de pequeña estatura y edad que me hace el camino dulce y emocionante.

Tengo la suerte de llegar a un trabajo que me gusta, se me agradece y se me da, como decimos por aquí, medio regular.

Tengo la suerte de unos compañeros que trabajan lo indecible, con los que se está a gusto tanto en el curro diario como tomando una copa.

Tengo la suerte que envidiarían los que se cruzan en mi camino esas mañanas de invierno en las que el frío te corta la cara.

Y, por último, tengo la suerte de contar con varias personas que hacen que el trabajo sea algo más que trabajo. Que sea un placer ir a la oficina (quizás he exagerado un poco). Para ellas es esto porque, este pobre, hay cosas que no las sabe decir, tan sólo escribirlas.

Gracias.

jueves, 22 de enero de 2009

Cosas que dije...

Me dije que nunca escribiría un Blog...

Me dije que siempre sería hermético...

Me dije que me guardaría mis cosas para mí...

Me dije que no me haría más vulnerable..

Me dije mis pensamientos eran míos...

Me dije que nunca superaría mi rubor...

Me dije que las emociones, los anhelos, las tristezas... no deberían salir ni afectarme...

... me dije tantas cosas...

Y ahora escribo en este rincón...

... me abro a la vista de todos...

... comparto mis opiniones y mis deseos...

... mis pensamientos se convierten en palabras...

... el escribir me hace más fuerte...

... y me alegro.