
Hay silencios que quieres gritar. Pero, ¡ay de mí!, la voz no sale o no debe salir.
Hay silencios que te conminan a una vida ruín, escondida. Las palabras no valen cuando de gritar sentimientos se trata.
Hay silencios que contarías a una ventana abierta, ¡déjalos salir!.
Hay veces que el que calla no otorga sino que se protege o se resigna.
Hay mil palabras escondidas detrás de nuestro silencio. Prudencia, confianza, cobardía...
Hay silencios que hacen daño como puñales. Hay palabras que son huecas como el silencio.
Debo callar y no puedo. Tan sólo guardo silencio.
Mis ojos hablan por mí.
1 comentario:
Para lo que hay que oir.
Para lo que hay que ver.
Un abrazo filósofo de la informática.
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